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Parte seis
Usando los pañales
Andrés
disfrutaba mucho que le tocaran sus bonitas pompas envueltas con el algodón del
pañal, los dedos de sus amigos penetraban bien el grosor de algodón y le hacían
sentir cosquillas en sus piernas.
Entonces
los cuatro nuevos amigos se encontraban usando sus pañales, por la emoción de estar
así en pañales y haberse conocido rápido, no paraban de darse palmadas en sus
pompas ni acariciarse la parte de enfrente.
Con
las pocas cosas que tenían en ese club y el dinero guardado en las bolsas de
sus pantalones, los cuatro amigos se fueron hacia la tienda, para comprar
algunas golosinas con las cuales convivir. Andrés sentía que el grosor del
pañal bajo su ropa le hacía tener unas pompas muy grandes, pensaba que todas
las personas sabían lo que sus nuevos amigos le habían puesto, lo cierto era
que las personas no sabían eso, pero los nervios de Andrés le hacían pensar
cualquier cosa en ese momento, en el que las pompas de los cuatro chicos se movían
hacia los lados de una forma muy rara.
Entonces
llegaron a la tienda, Andrés ayudó en la compra de unas pocas cosas, y los
otros chicos se llevaron unos pocos dulces, tortillas picantes. Pagaron y se
regresaron por el mismo camino.
Al
llegar al club, a Andrés le dieron una porción de botanas, igual un poco de
agua, y los cuatro chicos iniciaron a conversar sobre sus mejores temas. Andrés
sentía raro el pañal, al estar sentado, sentía el bulto entre las piernas, la
presión que le daban las cintas en su cintura, igual la comodidad en sus
pompas, era como haberse sentado sobre una almohada muy delgada. Pero en ese
tiempo largo conversando, Andrés fue sintiendo que le dieron ganas de hacer
pipí, las ganas se le acumularon en su vejiga, hicieron su presión como
siempre, provocando un pequeño derrame de pipí en el algodón del pañal. El poco
pipí que Andrés sacó por accidente no fue perceptible para ninguno, todos
seguían conversando y riéndose por las cosas que contaban, pero Andrés tuvo que
decirles, y les dijo: amigos, disculpen que les interrumpa los temas
divertidos, pero me dieron fuertes ganas de hacer pipí, y quisiera saber si el
pañal que me pusieron soporta bien toda la pipí que yo haga ahorita.
Los
chicos llamados Félix, Francisco y Mark le dijeron que no se preocupara, le
dijeron que liberara con toda la confianza del mundo sus ganas de hacer pipí.
Andrés
tuvo la confianza de hacerse pipí en el pañal cuando Mark se bajó un poco su
pantaloncillos y su calzón, para mostrar la poca cantidad de pipí que ya se había
hecho él, y mostrar que no hubo ningún escape de pipí en su calzón. Así Andrés
tuvo mucho más confianza. Andrés comenzó a hacerse pipí en el pañal.
Andrés
comenzó a mojarse en el pañal de una forma lenta, como si estuviera aprendiendo
o tuviera miedo de hacerlo, y en realidad sí lo sentía, sí sentía miedo, por
ser su primera vez usando pañal. Cuando las ganas hicieron lo suyo provocando
más presión, Andrés fue liberando las ganas de hacer pipí, y todo ese chorro
color amarillo y calientito fue saliendo de la puntita de su pene.
Los
nuevos amigos de Andrés pudieron percibir el bulto que iba creciendo entre las
piernas de Andrés, obviamente era el algodón que se iba inflando, absorbiendo
toda la pipí. Tres minutos después en el que Francisco, Félix y Mark guardaron
silencio, Andrés terminó de sacar todas sus ganas del pipí en el pañal,
quedándose con los ojos cerrados y teniendo unas ricas cosquillas en todo su
cuerpo que provenían de su pene.
Justo
ahí, Francisco le dijo: ¿ves que no tiene nada de malo hacerse pipí en el
pañal?
Mark
no se resistía las ganas de preguntarle a Andrés lo que estaba pensando, y le dijo:
¿Puedo
tocar tu pañal por dentro mientras lo tienes puesto? ¿Quiero sentir lo húmedo
que está tu pene.
Andrés
sintió cosquillitas en todo su ser, no pudo evitar sonreír al mismo tiempo que Mark,
quien igual experimentaba las cosquillas en su vientre. Y Andrés terminó
aceptando de nuevo.
Mark
llevó sus manos para abrir de nuevo el pantaloncillo de Andrés, y su mano derecha
la fue metiendo por enfrente del pañal, empezando a sentir esa tibia humedad,
sintió el pene de Andrés en una especie de erección por la emoción.
Mark
pasó su mano tres veces en el interior del pañal de su nuevo amigo, sin dejar
de verle a los ojos, esos ojos tan hermosos que difícilmente tenían sus otros
amigos, ni siquiera francisco y Félix los tenían.
Cuando
Mark terminó de tocar la parte frontal del pañal de Andrés, aprovecho la
oportunidad de tocarle el interior del pañal cuando Andrés se dio la vuelta
permitiendo eso mismo, y era porque Andrés quería que le tocaran sus pompas húmedas
de pipí.
Mark
llevó su mano derecha al interior del pañal, deslizando sus dedos por las
pompas de Andrés, provocándole cosquillas, muchas cosquillas, era como si le hicieran
cosquillas en el estómago. Luego Mark quiso tocarle la parte del alma a Andrés,
y con sus dos dedos, le buscó su ano ahí dentro del pañal. Andrés seguía
sintiendo cosquillas, pero las cosquillas se le volvieron excitación al sentir
los dedos de su nuevo amigo pasar por su ano.
Andrés
se moría de ganas de que su nuevo amigo lo masturbara con sus manos, le pasara
los dedos por dentro del pañal por mucho tiempo, pero no era el momento. Entonces,
Mark sacó su mano de tenerla dentro del pañal de Andrés tocando su ano.
Andrés
se subió la ropa para no tener el pañal a la vista. Volvió a sentarse para seguir
conversando y comiendo las botanas que compraron.
Mark se quedó maravillado de hacer eso a ese chico que le había gustado tanto. Lo último que Mark hizo, fue irse a lavar las manos, pero antes, disfrutó mucho los aromas a pipí y popó que tenía en la punta de sus dedos…