La sabiduría del abuelo - FINAL









 

Dos chicos vivían con su abuelo, claramente los recuerdas bien, son los dos chicos lindos que viste en el vídeo superior a todo este sensual cuento.

Un día, mientras el par de hermanos con buen cuerpo limpiaban el ático de la casa, encontraron una caja llena de pañales que no eran para bebés, sino pañales para adulto, los reconocieron de ser eso por el tamaño, eran pañales muy gigantes, sin colores ni figuras como los de bebés, solo una capa gruesa de algodón. Se preguntaron qué hacían allí y decidieron ir con su abuelo. Él les contó una historia de cuando eran más chicos en la edad, de que él era responsable de cambiarles los pañales, les contó que siempre los llenaban mucho, y cuando se hacían popó, depositaban una gran masa de suciedad en la zona de sus pompas, le llevaba casi diez minutos en limpiarles las pompas, el pene al chico y toda la vagina a la niña, porque con ella, la popó se le metía un poco hasta el fondo de su vagina y las toallitas eran lentas en la limpieza.

Los chicos se rieron y se sorprendieron al saber que ellos también habían usado pañales hasta hace pocos años. Después de la conversación con el abuelo y sus recuerdos cuando los cuidaba, a los dos hermanos les despertó la curiosidad de qué se sentía realmente usar pañales por gusto, es decir, saber la sensación de hacerse pipí y popó de forma consciente, como si lo hicieran en el retrete normal, sentándose en el caso de la niña, o de pie en el estilo del chico.

Entonces, con las dudas en grande dentro de sus mentes, los dos hermanos, el niño y la niña comenzaron a investigar en internet TODO al respecto de los pañales, y poco a poco se fueron encontrando con personas que los usaban por simple gusto. Fue con eso que dieron en el corazón de su propia duda, apenas se habían propuesto usar pañales por gusto y encontraron casi miles de personas que los usaban incluso a diario como parte de su vida diaria. Así ya no les quedó la menor duda de lo que querían realmente, no les importaba que el pañal fuese grande y se les viera bajo la ropa, bajo sus pantalones en el caso del niño, o el vestido, en el caso de la niña. Luego, guiados con la sabiduría del abuelo, fueron viendo marcas y estilos de pañales disponibles en el mercado, observando fotos y leyendo comentarios de los usuarios que los llevaban por problemas médicos, sin olvidar leer reseñas de las personas que los usaban por gusto. El abuelo daba sus opiniones y consejos, aportaba mucho con su experiencia, como ya había usado muchas marcas de pañales, podía decir con exactitud cuáles iban a ser buenos y malos, con fugas o sin fugas. Los dos hermanos estaban más que felices con su abuelo.  

A partir de ese día, comenzaron a tener una conexión especial con él. La historia de los pañales se convirtió en una anécdota que los chicos recordarían con cariño durante el resto de su crecimiento.

 

 

 

FIN